Te sueles preguntar si merece la pena el reemplazo de neumáticos cuando se pasa del invierno al verano. Con total seguridad un taller con profesionales en mecánica rápida en Canillas, Madrid te podrá sacar de dudas.

Pero antes de que acudas a un taller mecánico en Vilanova i la Geltrú para asesorarte sobre las ruedas que necesitas, en esta entrada te adelantaremos algunas de las diferencias que existen entre las gomas de invierno y verano.

Existen tres tipos de neumáticos en función de la climatología, es decir, unos que se adaptan mejor a la lluvia y al frío, mientras que otros lo hacen al calor y a las condiciones en seco. Hablamos de las cubiertas de invierno y de verano. Entremedias, nos encontramos con unas gomas útiles para todas las estaciones, las “all seasons”.

¿En qué se diferencian todos estos neumáticos? Veamos algunas características.

- Neumáticos de invierno: el dibujo de estas gomas es más profundo, ideado para evacuar con soltura el agua de la lluvia. Su composición química le otorga unas propiedades flexibles que le permiten no endurecerse por debajo de temperaturas muy frías, a partir de los siete grados.

Cuentan, además, con unas laminillas gracias a las cuales el agarre mejora en presencia de nieve. El automóvil responde ante esas condiciones adversas y la conducción no sufre contratiempos.

- Neumáticos de verano: obtienen sus mayores prestaciones por encima de los 7 grados, no pierden su dureza, no se deforman, lo que se traduce en una mayor adherencia en condiciones de seco. Son más anchos y con más superficie de contacto transmitiendo al conductor una sensación de seguridad extraordinaria.

- Neumáticos “all seasons”: aunque estas ruedas son excelentes para todo el año, se recomiendan para inviernos con temperaturas no muy extremas.

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